GRAMÁTICA DE LA IMAGEN: EL ENCUADRE

Es evidente que en el mundo real nuestra concepción de las cosas se relacciona directamente con nuestro tamaño, con nuestra escala, la humana. A partir de ahí hacemos relacciones de tamaño, distancia, cercanía e incluso de superioridad o inferioridad.


El lenguaje visual no es ajeno a esta cuestión y, al contrario que G. Melliés -que determinaba sus películas desde un único punto de vista y con un único encuadre (similar a la visión que un espectador tiene en un teatro)-, hoy por hoy contamos historias estableciendo numerosas relacciones con el que consumidor final de nuestro producto, haciéndole vivenciar las mismas de una manera más intensa.

Cuando hablamos del encuadre nos referimos al formato cuadrangular (normalmente rectangular) en el que decidimos incluir y excluir una serie de elementos. La forma en la que lo hacemos ha sido de alguna forma teorizada aunque la realidad es que dichos conceptos son susceptibles de verse modificados.

Hablamos más que de encuadre de planos, y desde lo más abierto hasta lo más cercano distinguimos la siguiente clasificación:

a) Gran plano general o vista general, en donde se sitúa al receptor, dando un importante número de detalles que se alejan mucho del verdadero protagonista de la historia

b) Plano general,  es un plano más cerrado que el anterior y al que se suele recurrir cuando necesitamos que la historia se vuelva a situar en un determinado contexto.

c) Plano de conjunto,  es el que encuadra a los personajes más relevantes de nuestra historia alrededor de los cuales se desarrolla la escena

d) Plano medio y americano, que incluye ya al personaje de relevancia y que lo sitúa recortado a la altura del ombligo, o en por encima de las rodillas como es en el caso de los western en donde los americanos necesitaban que se abriera el plano algo más para incluir las cartucheras de los actores.

e) Primer plano, en donde por así decirlo, nos acercamos al personaje de tal forma que casi llegamos a invadir su espacio vital, esa distancia en la que en la realidad casi podríamos llegar a intimidar a una persona.

f) Primerísimo plano y plano detalle, que se centra un aspecto fraccionado del personaje por su relevancia en el desarrollo de la historia.