
Existe una serie de indicadores que nos ayudan a percibir la distancia y la profundidad, que agrupamos en función de si usamos un único ojo que se le denomina MONOCULARES o dos que denominamos BINOCULARES.
INDICADORES MONOCULARES
Son los que tiene que ver con el uso de uno de los ojos, algo que podemos ampliar al uso de una cámara de fotos o de video o cine.
Distinguimos varios indicadores:
Paralaje de movimiento
La posición de los objetos cambia a distinta velocidad según se distancian del observador. Es el ejemplo del tren: asomados por la ventanilla podemos ver como los elementos más cercanos a nosotros se mueven rápidamente en dirección opuesta a nuestro movimiento, y conforme se alejan esa velocidad disminuye hasta el punto de que los más alejados parecen moverse en el mismo sentido de nuestra marcha.
Oclusión o Interposición
Se evidencia cuando un elemento u objeto se interpone por delante de otro, evidenciando que existe una situación diferenciada en el espacio, es decir, que no ocupan el mismo lugar y por lo tanto tenemos profundidad.
Gradiente de textura
Igualmente una superficie que mantenga una textura homogénea en toda su extensión (una carretera, la arena de la playa, el césped de un jardín...) nos indica la existencia de profundidad desde el momento que observamos una disminución progresiva de los elementos que conforman esa textura, hasta el punto de llegar a homogeneizarse y desaparecer como unidades separadas.
Gradiente de sombreado

La perspectiva
perspectiva lineal (y sus puntos de fuga), la perspectiva del tamaño, la del detalle y la perspectiva aérea, ésta última fácilmente observable en el cuadro de la Gioconda de Leonardo da Vinci que unía a la técnica del difuminado de los bordes de las cosas lejanas (sfumato) la simplificación de la paleta de colores a una gama fría.